Florencia (Italia) Florencia es el corazón del Renacimiento y un imán para hispanohablantes amantes del arte, la historia y la buena mesa. A diferencia de Roma o Milán, es una ciudad íntima, caminable y visualmente armoniosa. La Catedral de Santa María del Fiore, la Galería Uffizi y el Ponte Vecchio son joyas que se disfrutan sin prisas. Los viajeros valoran su tamaño humano: en tres días se puede conocer lo esencial sin agotamiento. La gastronomía toscana —con su aceite de oliva, vinos Chianti y bistec alla fiorentina— es sencilla y poderosa. Aunque el italiano predomina, muchos guías y restaurantes ofrecen atención en español, especialmente en temporada alta. Florencia transmite una sensación de perfección estética que resuena con culturas latinas acostumbradas a valorar la belleza en lo cotidiano. No es una ciudad de fiesta, sino de contemplación. Por eso, atrae a viajeros reflexivos, parejas en luna de miel o artistas en busca de inspiración. Es Europa en su versión más humanista y elegante.
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