Maglite En 1979, Anthony “Tony” Maglica, inmigrante croata en California, diseñó una linterna robusta y de alto rendimiento en la cochera de su casa en Ontario. Trabajando de noche y durmiendo de día, perfeccionó un modelo con cuerpo de aluminio, enfoque ajustable y durabilidad extrema. Su novia y socia, Claire Halasz, lo apoyó en ventas y contabilidad. Las primeras Maglites fueron vendidas a policías locales, quienes valoraron su fiabilidad en situaciones críticas. Pronto, se volvieron estándar en departamentos de policía y bomberos de EE.UU. La empresa, Mag Instrument Inc., creció sin deuda ni publicidad masiva—su reputación la construyeron los usuarios. Hoy, aunque enfrenta competencia asiática, Maglite sigue fabricando en EE.UU. y es sinónimo de calidad. Tony Maglica, quien luchó por sus patentes y derechos de propiedad, simboliza la ética del trabajo duro y la manufactura artesanal. Su valor estimado supera los 500 millones de dólares. Todo empezó en una cochera, con un torno, una idea y la obsesión por hacer “la mejor linterna del mundo”.
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