Gorrión tejedor (Ploceus spp.) Aunque su “herramienta” es su propio nido, el gorrión tejedor demuestra una sofisticación constructiva comparable al uso instrumental. Construye nidos complejos, colgantes y resistentes a la lluvia, usando hierbas trenzadas con nudos verdaderos—una habilidad rara en el reino animal. Algunas especies incluso añaden techos falsos o entradas en espiral para confundir a depredadores. Pero más allá de la arquitectura, se les ha observado usar ramitas para limpiar sus nidos o ajustar fibras durante la construcción, lo que implica manipulación secundaria de objetos. Los jóvenes aprenden observando a adultos experimentados, y las técnicas varían regionalmente, sugiriendo tradiciones culturales. En Sudáfrica, algunos gorriones reutilizan alambres o plásticos urbanos, adaptando su repertorio a entornos modificados por humanos. Este uso flexible de materiales, combinado con planificación a largo plazo (los nidos toman días en construirse), muestra una forma de cognición práctica avanzada. Aunque no usan herramientas para obtener alimento, su dominio del entorno físico mediante objetos externos los convierte en ingenieros naturales del mundo aviar.
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