Central do Brasil (Brasil, 1998) Aunque no es la más taquillera en términos absolutos, su impacto internacional la coloca entre las más exitosas financieramente para una producción latinoamericana de autor. Dirigida por Walter Salles, recaudó más de 23 millones de dólares en todo el mundo, una cifra extraordinaria para una película en portugués. Narra el viaje de Dora, una exmaestra que escribe cartas en la estación central de Río de Janeiro, y Josué, un niño huérfano que busca a su padre en el noreste de Brasil. La cinta ganó el Oso de Oro en Berlín y fue nominada al Óscar a Mejor Película Extranjera. Su éxito se debe a su humanismo profundo, actuaciones magistrales (especialmente de Fernanda Montenegro) y una fotografía que captura la vastedad y desigualdad del país. Más allá de las cifras, su recepción crítica y popular la convirtió en embajadora cultural de Brasil. En Latinoamérica y Europa, tuvo largas temporadas en cartelera. Aunque modesta en presupuesto, su retorno fue enorme, demostrando que historias auténticas con personajes complejos pueden tener resonancia global sin recurrir a efectos especiales ni estrellas internacionales.
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