Wang Tianjun (China) Wang Tianjun, originario de la provincia de Henan, comenzó a recolectar tapas de botella en 2005 tras quedar desempleado. Lo que empezó como una forma de sobrevivir se convirtió en un imperio del reciclaje: en poco más de una década acumuló más de 80 toneladas de tapas, que vendía a plantas de reciclaje por su contenido de polietileno. Con los ingresos, abrió su propio centro de acopio y empleó a decenas de personas en situación vulnerable. Wang no solo se hizo rico —con un patrimonio estimado en cientos de miles de dólares—, sino que se volvió símbolo de la economía circular en China. Su historia fue difundida por medios estatales como ejemplo de emprendimiento sostenible. A diferencia de otros coleccionistas, Wang nunca guardó las tapas por afición, sino como materia prima. Hoy, su empresa procesa toneladas diarias de plástico, y él sigue viviendo con humildad, usando ropa vieja y bicicleta. Su legado demuestra que hasta el residuo más pequeño puede tener valor si se le da propósito.
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