Carlos “Tapita” Gómez (Colombia) En Medellín, Carlos Gómez, conocido como “Tapita”, se hizo viral en redes sociales por sus esculturas gigantes hechas de tapas: desde jaguares hasta figuras de Fernando Botero. Empezó recolectándolas en bares y restaurantes, y pronto los dueños le pagaban por llevárselas. Con el material, creó arte urbano que embelleció barrios marginales. Su talento atrajo a galerías, y vendió piezas por miles de dólares. Además, fundó un taller donde enseña a jóvenes en riesgo a transformar residuos en arte. Gracias a esto, obtuvo becas y patrocinios internacionales. Hoy, Carlos vive de su arte y da conferencias sobre economía circular. Aunque su fortuna no es monumental, logró estabilidad y reconocimiento global. “Cada tapa es un pixel de cambio”, dice. Su historia muestra que la riqueza también puede nacer de la belleza creada con lo desechado.
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