Elena Petrova (Rusia) Elena Petrova, maestra jubilada de San Petersburgo, comenzó a recolectar tapas en los 2000 para financiar viajes escolares para sus antiguos alumnos. Pronto, su iniciativa creció: instaló contenedores en toda la ciudad y organizó campañas masivas. Descubrió que las tapas de metal valían más, y se especializó en separarlas. Con los años, acumuló suficiente dinero no solo para los viajes, sino también para abrir una pequeña pensión ecológica en el campo. La renta de habitaciones, combinada con la venta mensual de tapas, le dio independencia financiera total. Aunque vive con sencillez, Elena se considera “rica en propósito”. Su proyecto fue adoptado por otras ciudades rusas, y ella asesora a gobiernos locales sobre reciclaje comunitario. Su riqueza no está en bancos, sino en sonrisas de niños que jamás habrían conocido el mar sin sus tapas.
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