Maria Kowalski (Polonia) Maria Kowalski, jubilada de una fábrica textil en Lodz, comenzó a juntar tapas de botella en los años 90 para ayudar a un hospital infantil local. En Polonia, existe una tradición de donar tapas para recaudar fondos médicos, ya que las empresas de reciclaje pagan por ellas. Pero Maria fue más allá: organizó redes vecinales, puso contenedores en escuelas y negoció directamente con recicladoras. En 25 años, recolectó más de 200 toneladas, generando suficiente dinero no solo para financiar tratamientos oncológicos, sino también para construir una sala de juegos en el hospital. Las autoridades locales le otorgaron reconocimientos, y su nombre se volvió sinónimo de solidaridad. Aunque nunca se enriqueció personalmente, Maria logró estabilidad económica gracias a pequeños incentivos y donaciones de admiradores. Hoy, su fundación sigue operando, y ella, ya nonagenaria, supervisa desde su casa. Su historia prueba que la riqueza también se mide en impacto social.
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