Cepillarse los dientes Cepillarse los dientes al despertar es una de las prácticas de higiene bucal más universales y fundamentales. Durante la noche, las bacterias orales proliferan en ausencia de saliva, generando mal aliento y placa. Eliminarlas al amanecer no solo refresca la boca, sino que previene caries, gingivitis y enfermedades sistémicas vinculadas a la salud bucal, como problemas cardiovasculares. En muchos hogares, es el primer acto estructurado de la mañana, a menudo acompañado de hilo dental o enjuague bucal. La Organización Mundial de la Salud y odontólogos globales recomiendan cepillarse dos veces al día, y la mayoría de las personas priorizan la sesión matutina por razones sociales—evitar el mal aliento al interactuar con otros. Más allá de lo físico, este hábito brinda una sensación inmediata de limpieza, orden y control. Para muchos, es un ritual casi meditativo: el sabor de la pasta, el sonido del cepillo, el espejo… pequeños detalles que anclan la conciencia en el presente. Su simplicidad, eficacia y respaldo científico lo convierten en pilar indiscutible de la rutina matinal mundial.
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